La calidad del aire es un factor determinante de la salud humana en general. Aunque a menudo se pasa por alto, la mala calidad del aire puede causar varios problemas de salud. Por desgracia, existe una falta general de concienciación entre la población sobre los efectos de la mala calidad del aire. La mala calidad del aire se debe principalmente a los contaminantes atmosféricos, que incluyen gotas líquidas, partículas sólidas y gases.
Aparte de los problemas respiratorios, la contaminación y la mala calidad del aire pueden causar problemas oculares. Los ojos están muy expuestos y son muy sensibles a los contaminantes que flotan libremente en el aire.
Cómo afecta a los ojos la mala calidad del aire
Los ojos tienen tejidos húmedos que absorben fácilmente los contaminantes del aire. La mala calidad del aire afecta a los ojos de las siguientes maneras:
- Las partículas del aire provocan conjuntivitis
La conjuntivitis es una afección ocular que afecta a la conjuntiva, la parte blanca del ojo situada justo dentro de los párpados. Aunque las sustancias químicas, las bacterias y los virus pueden causar conjuntivitis, la mala calidad del aire es un factor causal importante, sobre todo para las personas con mayor sensibilidad. Los síntomas de la conjuntivitis incluyen sensación de cuerpo extraño, picor, sensibilidad a la luz, ardor y enrojecimiento por frotarse el ojo.
Entre los contaminantes atmosféricos habituales que pueden causar conjuntivitis se encuentran el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno, las partículas y los niveles elevados de ozono.
- El aire seco provoca sequedad ocular crónica
Las condiciones ambientales adversas, especialmente los fuertes vientos, el polvo y las condiciones áridas, pueden provocar sequedad ocular. La mayoría de las personas expuestas a estas condiciones ambientales durante periodos prolongados desarrollan sequedad ocular crónica. Vivir en zonas áridas o exponerse con frecuencia puede empeorar esta afección y hacer que el ojo sea más susceptible a otros irritantes del aire.
La sequedad, el polvo y los agentes irritantes del aire afectan principalmente a la película lagrimal. Esto provoca problemas oculares como la blefaritis o inflamación de los párpados y la disfunción de las glándulas de Meibomio, que es la inflamación de las glándulas que producen las lágrimas.
- Los gases de escape de los coches aumentan el riesgo de DMAE
La DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) afecta a la mácula, o centro del ojo, causando visión borrosa. La mácula es la parte del ojo responsable de la visión central y del color. Esta afección ocular asociada a la edad se desarrolla de forma natural con el avance de la edad (por encima de los 60 años). También puede empezar pronto si hay antecedentes familiares de la enfermedad.
Sorprendentemente, la exposición continuada a contaminantes atmosféricos peligrosos aumenta el riesgo de DMAE. Un estudio realizado en Taiwán halló una estrecha relación entre dos importantes contaminantes atmosféricos y la DMAE. Se trata de monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno, los principales gases de escape de los automóviles. Según un estudio reciente, las personas que viven en zonas pobladas tienen un 8% más de probabilidades de desarrollar DMAE.
La exposición a los rayos UV provoca cataratas
Los efectos de la exposición a los rayos UV van más allá de la piel. Normalmente, la función principal de la capa de ozono es proteger la Tierra de los dañinos rayos UV. Sin embargo, la contaminación atmosférica continua agota la capa protectora de ozono con el paso del tiempo. La exposición prolongada a los rayos UV provoca varias afecciones oculares relacionadas con la mala calidad del aire, como pinguéculas, pterigias, cataratas corticales y fotoqueratitis.
Los contaminantes del aire restringen el flujo sanguíneo a los ojos
Los niveles elevados de contaminantes atmosféricos también pueden restringir el flujo sanguíneo normal hacia el ojo. La obstrucción o restricción del flujo sanguíneo al ojo provoca afecciones oculares graves, como glaucoma, oclusión de la vena retiniana e ictus ocular.
El humo provoca tracoma
El humo de la cocina o del fuego en casa es un contaminante habitual del aire doméstico. Varios estudios han demostrado que el consumo prolongado de humo de leña o carbón vegetal aumenta el riesgo de desarrollar tracoma o cicatrices oculares. El tracoma es una de las principales causas infecciosas de ceguera.
Cómo proteger los ojos
Aunque no se pueden evitar por completo los efectos de la contaminación atmosférica, los siguientes consejos pueden proteger los ojos de sus efectos nocivos:
- Compruebe sistemáticamente las previsiones meteorológicas sobre la calidad del aire: debe consultar las previsiones meteorológicas locales siempre antes de salir. Si la calidad del aire en su región parece diluida, considere la posibilidad de reprogramar su actividad o de utilizar equipos de protección ocular.
- Cúbrase los ojos: las gafas pueden protegerle de la mayoría de los contaminantes atmosféricos. Las personas con ojos demasiado sensibles deben considerar la posibilidad de envolver sus gafas con ropa protectora para una mayor protección.
- Utiliza gafas en lugar de lentillas : aunque las lentillas se prescriben para mejorar la visión, las gafas son una alternativa excelente. Las lentes de contacto pueden atrapar partículas en el ojo, lo que aumenta el riesgo de desarrollar conjuntivitis y síndrome del ojo seco. Si no puede prescindir de las lentes de contacto, utilícelas mínimamente. También debe observar una buena higiene de las lentes de contacto.
- Aplíquese gotas oculares: debe lubricar los ojos para mantenerlos húmedos y reducir los síntomas del ojo seco.
- Aumente la humedad interior: un humidificador aumenta la humedad en su hogar y previene el síndrome del ojo seco.
- Parpadee con frecuencia: el parpadeo frecuente mantiene los ojos húmedos y los nutre.
- Consulte a un optometrista: debe ponerse en contacto con su optometrista si ha experimentado irritación e inflamación recurrentes.
La línea de fondo
Los ojos humanos permanecen abiertos, por lo que están expuestos a varios contaminantes atmosféricos. Aunque a menudo no se tiene en cuenta, la calidad del aire afecta significativamente a los ojos. Los efectos a corto plazo de la mala calidad del aire incluyen picor, ojos llorosos, alergias oculares y visión borrosa. La exposición prolongada a contaminantes provoca el síndrome del ojo seco, cataratas, DMAE y tracoma.